La farfalla svolazza
e arde con il sole a volte.

Macchia volante e fiammata,
ora resta ferma
su una foglia che la culla.

Mi dicevano: Non hai niente.
Non sei malato. Ti sembra.

Io neppure rispondevo.
E finì il tempo del raccolto.

Oggi una mano d’angoscia
colma d’autunno l’orizzonte.
E perfino dall’anima mi cadono foglie.

Mi dicevano: —Non hai niente.
Non sei malato. Ti sembra.

Era l’ora delle spighe.
Il sole, ora,
è convalescente.

Tutto se ne va nella vita, amici.
Se ne va o muore.

Se ne va la mano che t’induce.
Se ne va o muore.

Se ne va la rosa che sciogli.
Anche la bocca che ti bacia.

L’acqua, l’ombra e il bicchiere.
Se ne va o muore.

È passata l’ora delle spighe.
Il sole, ora, è convalescente.

La sua lingua tiepida mi circonda.
Mi dice anche: —Ti sembra.

La farfalla svolazza,
volteggia,
e sparisce

Traduzione di Chiara De Luca

Mariposa de otoño

La mariposa volotea
y arde —con el sol— a veces.

Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.

Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.

Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.

Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.

Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.

Se va la mano que te induce.
Se va o perece.

Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.

El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.

Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.

Su lengua tibia me rodea.
También me dice: —Te parece.

La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.